Denzel Washington: El papel que lo llevó al límite de la locura
Denzel Washington, un nombre sinónimo de excelencia actoral, ha cautivado al público durante décadas con su versatilidad y profundidad. En su extensa carrera, se ha sumergido en una variedad de roles, desde figuras dramáticas hasta personajes históricos icónicos como Malcolm X. Cada papel exige una transformación completa, una desaparición del actor para dar paso al personaje.
Muchos actores coinciden en que lo mejor de su profesión es la capacidad de salir por completo de sí mismos y meterse en la piel de otra persona. Cuando ese personaje es totalmente diferente de la persona que lo interpreta, y especialmente si ese personaje carece por completo de inhibiciones, la libertad es vertiginosa... o al menos lo fue para Denzel Washington.
Un gran actor desaparece en la pantalla, permitiendo que el espectador se pierda en la historia. No se trata de admirar la actuación, sino de sumergirse en la realidad del personaje. A veces es un desafío, a veces es divertido, pero en el set de Gladiator II, la experiencia fue diferente.
Macrinus: Un villano sin alma
Interpretando al villano Macrinus en Gladiator II, Washington experimentó una energía maníaca al desaparecer dentro de un personaje tan retorcido. Macrinus, según Washington, es un personaje que "está tratando de usar a todos. Usaría a su madre, usaría a sus propios hijos; ya ha agotado su alma, así que no le quedaba ninguna. Está en la cama con el diablo".
Sin moral y con una misión llena de ira en mente, encarnar a Macrinus exigió a Washington abandonar todo sentido de moralidad. La escala épica de la producción ayudó a facilitar esta transformación, permitiéndole sumergirse completamente en la oscuridad del personaje.
La nueva entrega de Gladiator promete ser un film que marcara un antes y un después en la carrera de Denzel, donde explorara facetas nunca antes vistas.