La Casa Blanca sacudió el tablero comercial al anunciar acuerdos con Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador, revirtiendo parcialmente los aranceles impuestos por la administración Trump. ¿El objetivo? Un comercio más "equilibrado" y una posible baja en los precios de productos clave como bananas, café y cacao para los consumidores estadounidenses, quienes no están nada contentos con el costo de vida actual.
¿Quiénes se benefician?
Según el comunicado oficial, estos países latinoamericanos abren sus mercados a productos estadounidenses a cambio de una reducción de aranceles sobre sus exportaciones. Un alto funcionario de EE.UU. anticipó efectos positivos en los precios y una reducción del déficit comercial estadounidense.
¿Recompensa política?
Analistas apuntan a que estos acuerdos podrían ser una forma de recompensar a líderes de la región alineados con la administración Trump. Nombres como Javier Milei (Argentina) y Nayib Bukele (El Salvador) resuenan como aliados estratégicos que ahora ven a sus países beneficiados. De hecho, Bukele no tardó en compartir el acuerdo en redes sociales.
Sin embargo, la situación de Argentina genera interrogantes. Recordemos el escándalo de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), con acusaciones sobre comisiones ilícitas y la supuesta implicación de Karina Milei. Si bien no hay imputaciones formales, la cercanía de la hermana del presidente con figuras clave del caso levanta sospechas. ¿Este acuerdo comercial busca desviar la atención de estas controversias?
Desde Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo celebró la solidez de la relación bilateral tras meses de negociaciones, destacando la importancia del acuerdo para su país.
¿Qué sigue?
Estos acuerdos marcan un giro en la política comercial de EE.UU. hacia Latinoamérica. Habrá que seguir de cerca su impacto en los precios, el comercio y las relaciones políticas en la región. ¿Será este el inicio de una nueva era comercial o solo un parche temporal en medio de las tensiones globales?