Homo Argentum: Francella se multiplica en la nueva película de Cohn y Duprat
Homo Argentum, la nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat, directores reconocidos por éxitos como El Ciudadano Ilustre y Competencia Oficial, llegó a los cines con una propuesta ambiciosa: dieciséis cortometrajes protagonizados por Guillermo Francella, cada uno con un personaje diferente. La premisa, si bien atractiva, presenta desafíos inherentes al formato de antología.
Un mosaico de historias con Francella como hilo conductor
La película se inscribe en un género complicado, el de las películas compuestas por historias independientes unidas por un tema o elemento común. El riesgo principal reside en la disparidad entre los segmentos, convirtiendo la experiencia en una suerte de competencia entre cortometrajes. Si bien Cohn y Duprat intentan sortear estas trampas, el resultado es desigual.
El corto inicial: un dilema moral impactante
El primer corto, que presenta a un hombre de clase media alta en una fiesta que se enfrenta a un dilema moral repentino, resume en gran medida el debate en torno a la película. La estructura es sólida y la actuación de Francella impecable. Sin embargo, la brevedad del formato impide una exploración más profunda de las problemáticas planteadas.
¿Demasiado poco tiempo para tantas historias?
La película plantea la cuestión de si una buena idea siempre se expande bien a un largometraje. A veces, sumar varias ideas no es la solución, y eso se siente en Homo Argentum. Si bien la versatilidad de Francella es innegable y algunos cortos destacan por su originalidad y agudeza, la falta de cohesión general y la superficialidad en el desarrollo de las historias limitan el impacto final de la película.
- Puntos fuertes: La actuación de Guillermo Francella, la dirección de Cohn y Duprat, la originalidad de algunas historias.
- Puntos débiles: La disparidad entre los cortos, la falta de cohesión general, la superficialidad en el desarrollo de las historias.
En definitiva, Homo Argentum es una propuesta interesante que, si bien no logra alcanzar su máximo potencial, ofrece momentos de brillantez y confirma el talento de sus creadores y de su protagonista.