Fin del "Nunca Más": Milei designa militar en Defensa y genera controversia
La designación del Teniente General Carlos Alberto Presti como Ministro de Defensa marca un antes y un después en la relación entre el poder civil y las Fuerzas Armadas en Argentina. Desde el fin de la dictadura, todos los presidentes, con matices, coincidieron en la necesidad de mantener a los militares alejados del poder político y condenar las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen de 1976. Javier Milei parece dispuesto a romper con este consenso.
Para el líder de La Libertad Avanza, es hora de modificar la imagen que la sociedad tiene de las Fuerzas Armadas y olvidar los crímenes del pasado. Esta postura se contrapone directamente con el espíritu del "Nunca Más" y el Juicio a las Juntas, que cumple 40 años. Milei sostiene que los militares no tienen por qué pedir perdón por los desaparecidos, el robo de bebés y el plan sistemático de violaciones a los derechos humanos.
La designación de Presti, un militar en actividad, como Ministro de Defensa no es un simple detalle. Es una señal política contundente que anticipa una etapa compleja en la relación entre los militares y la sociedad civil. Por primera vez desde la recuperación de la democracia, un militar en actividad ocupará la cartera encargada de garantizar la subordinación civil de las Fuerzas Armadas.
Además, la controversia se agudiza por la intención de Presti de jurar como ministro vistiendo el uniforme de Teniente General, transgrediendo el Código de Disciplina Militar. Aunque no es responsable de las acciones imputadas a su padre, denunciado por crímenes de lesa humanidad, su decisión de incumplir una norma democrática en su primer acto oficial no es el mejor gesto.
La situación se da en un contexto de crisis económica en las Fuerzas Armadas. El salario de los integrantes de las tres fuerzas ha perdido un 40% de su poder adquisitivo. Según el exjefe de Gabinete Guillermo Francos, más de 20.000 efectivos han solicitado la baja desde diciembre de 2023, muchos por razones económicas.
En la Armada, un tercio de los suboficiales que dejaron la carrera lo hicieron por motivos económicos. En el Ejército, de los casi 13.000 soldados que se fueron de baja, casi 9.000 alegaron problemas económicos. Esta situación plantea serias interrogantes sobre el futuro de las Fuerzas Armadas y su relación con el gobierno de Javier Milei.