Lanús despidió a uno de sus máximos ídolos: Lautaro “Laucha” Acosta. En una noche cargada de emociones, el delantero, símbolo del club y máximo ganador en la historia del Granate, jugó su último partido como profesional. La derrota ante Tigre en los octavos de final del torneo Clausura quedó en segundo plano ante la despedida de un jugador que lo dio todo por la camiseta.
Una Fortaleza a puro sentimiento
La Fortaleza se vistió de fiesta para homenajear a Acosta. Si bien el partido ante Tigre era importante, la noche se centró en el reconocimiento a un jugador que representó los valores del club durante tantos años. Los hinchas, que colmaron las tribunas, le brindaron una ovación ensordecedora al Laucha, quien no pudo contener las lágrimas.
Antes del partido, Tigre, en un gesto de grandeza, le hizo el pasillo a Lanús por la reciente obtención de la Copa Sudamericana. Un reconocimiento al logro épico del equipo de Mauricio Pellegrino, donde Acosta fue una pieza fundamental. Cada jugador de Lanús fue acompañado por sus hijos, portando estrellas en alusión al campeonato.
Un Legado Imborrable
Acosta se retira dejando un legado imborrable en Lanús. Seis títulos, más de 400 partidos y un sinfín de momentos memorables. Su entrega, su garra y su amor por la camiseta lo convirtieron en un ídolo indiscutible. El penal errado en la final de la Sudamericana quedará como una anécdota, superada por la alegría del campeonato y el cariño incondicional de la gente.
“Quiero agradecer a estos guerreros, a mis compañeros, que me acompañaron y ayudaron cuando no pude más. Estuvieron ahí para levantarme”, expresó Acosta en medio de los festejos por la Copa Sudamericana en La Fortaleza. “Después quiero agradecerles a ustedes (los hinchas). Fuimos recontra felices, lloramos, reímos, siempre hombro con hombro… Me voy siendo el hombre más feliz del mundo”.
El fútbol argentino pierde a un gran jugador, pero Lanús se queda con el recuerdo de un ídolo que siempre estará en el corazón de sus hinchas. ¡Gracias, Laucha!