Funeral de Cheney: Trump Excluido, Un Adiós a la Vieja Guardia Republicana

Funeral de Cheney: Trump Excluido, Un Adiós a la Vieja Guardia Republicana

Funeral de Dick Cheney: Un Adiós Bipartidista en Washington

El jueves, Washington, DC, se convirtió en el escenario de un adiós a Dick Cheney, ex vicepresidente de los Estados Unidos y figura clave de la política republicana pre-MAGA. El funeral, que se llevó a cabo con todos los honores militares en la Catedral Nacional de Washington, reunió a figuras destacadas de ambos partidos, aunque con notables ausencias.

Según fuentes cercanas a la organización, ni el expresidente Donald Trump ni el vicepresidente JD Vance fueron invitados al evento. Esta exclusión subraya la creciente división dentro del Partido Republicano y el distanciamiento entre la vieja guardia, representada por Cheney, y la nueva ola liderada por Trump.

Más de 1.000 invitados asistieron al funeral, incluyendo a los ex presidentes George W. Bush y Joe Biden, así como a los ex vicepresidentes Kamala Harris, Mike Pence, Al Gore y Dan Quayle. También se esperaba la presencia de varios jueces de la Corte Suprema, incluyendo al Presidente del Tribunal Supremo John Roberts y los jueces Brett Kavanaugh y Elena Kagan. Numerosos ex y actuales miembros del gabinete de administraciones republicanas y demócratas, así como líderes del Congreso de ambos lados del pasillo, también estuvieron presentes.

La lista de invitados, que incluyó a la presidenta emérita Nancy Pelosi, al líder de la mayoría del Senado John Thune y al ex líder Mitch McConnell, refleja una época en la que Washington no estaba tan polarizado y los políticos de ambos lados del pasillo se honraban mutuamente al fallecer una figura importante.

La ausencia de Trump, sin embargo, no pasó desapercibida y generó diversas interpretaciones sobre el estado actual de la política estadounidense.

CNN se comunicó con la Casa Blanca para obtener comentarios al respecto. Axios fue el primer medio en informar que Trump no había sido invitado al funeral.

El funeral de Dick Cheney no solo fue un adiós a un hombre, sino también un reflejo de los cambios profundos que experimenta la política estadounidense, marcada por la polarización y la reconfiguración de las alianzas partidarias.