Diego Peretti, reconocido actor argentino, da un salto audaz a la dirección cinematográfica con "La muerte de un comediante", una película que desafía las convenciones y que cuenta con el respaldo inusual de más de diez mil productores asociados a la Comunidad Orsai. Este proyecto, codirigido por Peretti y Javier Beltramino, y escrito por el propio Peretti, se presenta como una propuesta "rara" y singular dentro del panorama del cine argentino.
Un modelo de producción innovador
La financiación colectiva, o crowdfunding, ha revolucionado la forma en que se producen contenidos culturales. La Comunidad Orsai, liderada por Hernán Casciari, ha sabido capitalizar esta tendencia, permitiendo que miles de personas se conviertan en socios productores de proyectos como "La muerte de un comediante". Gastón Sarria, miembro de la comunidad, destaca la oportunidad que brinda Orsai a personas ajenas al mundo del cine para participar activamente en la creación de una película.
"La muerte de un comediante": Una historia de introspección y reencuentro
La película narra la historia de Juan Debré, un actor que, tras recibir un diagnóstico terminal, viaja a Bruselas en busca de soledad y reflexión. Sin embargo, un encuentro inesperado lo confronta a una nueva encrucijada vital. Peretti describe la película como "rara", tanto para el cine argentino como para el cine en general, destacando su originalidad y su enfoque poco convencional.
El personaje de Juan Debré es un actor que interpreta a "Escorpión", una especie de héroe disfrazado de rabino. Esta dualidad refleja la búsqueda interna del protagonista y su intento de reconciliar su identidad pública con su vulnerabilidad personal. La película, filmada en Argentina y Bélgica, y hablada en tres idiomas, promete ser una experiencia cinematográfica única y conmovedora.
Bruselas: Capital del cómic, refugio del protagonista
La elección de Bruselas como escenario no es casual. La ciudad, conocida como la capital del cómic, evoca la infancia y la imaginación. El personaje de Bombín, homenaje a Tintín, representa la búsqueda de un ideal y la necesidad de encontrar un propósito en la vida. "La muerte de un comediante" invita al espectador a reflexionar sobre la fragilidad de la existencia, la importancia de los recuerdos y la posibilidad de reinventarse incluso en los momentos más difíciles.