El Día de Muertos en Argentina toma un giro conmovedor: las mascotas fallecidas son honradas en los altares familiares. Fotos, juguetes y hasta raciones de comida se suman a las ofrendas tradicionales, validando el profundo duelo que genera su pérdida.
Un ritual en expansión: honrando a los "perrihijos" y "gatihijos"
Esta tendencia refleja un cambio cultural significativo. La relación entre humanos y animales de compañía es cada vez más fuerte, y su partida deja un vacío emocional comparable a la pérdida de un ser querido. Pero a diferencia del duelo por personas, la sociedad a menudo minimiza o ignora el dolor por la muerte de una mascota, generando un "duelo desautorizado".
La ciencia detrás del vínculo: oxitocina y apego
Estudios de la American Psychological Association (APA) y la Universidad de Colorado demuestran que la interacción con mascotas libera oxitocina, la hormona del amor y el apego. Por eso, su ausencia causa dolor, tristeza y un profundo sentimiento de pérdida.
Altares como terapia: visibilizando el dolor
Incluir a las mascotas en los altares de Día de Muertos emerge como una respuesta cultural y terapéutica. Permite expresar el dolor, recordar con cariño a los animales que fueron parte de la familia y darles un lugar en la memoria colectiva. Es un acto de amor, respeto y sanación.
¿Cuándo se colocan las ofrendas para mascotas?
Tradicionalmente, las ofrendas para las mascotas se colocan la noche del 26 de octubre para recibirlos el 27, permitiéndoles disfrutar de los aromas y sabores de sus comidas favoritas una vez más.
- Fotos de la mascota
- Sus juguetes preferidos
- Platos con su comida
- Velas y flores
Esta tradición no solo honra a las mascotas, sino que también fortalece los lazos familiares y transmite a las nuevas generaciones el valor del respeto y el amor hacia los animales.